Las rejas de tres metros de altura, siete de largo y media tonelada de peso en acero, se abrieron de par en par para dar paso a un grupo de niñas y niños que oficialmente fueron los primeros visitantes en caminar libremente por la vereda custodiada por palmeras del Centro Cultural Quinta Grijalva a la que segundos después se sumaron familias enteras.
Otro paisano yokot’an, el artista José Isabel García Morales, celebró la atinada apertura de la Quinta como Centro Cultural. “Acudí alguna vez a un evento a este lugar elegante e imaginé cómo funcionaría si fuera centro cultural, pero nunca creí que fuera posible. Hoy lo veo hecho realidad y considero que es un gran acierto. Y me honra exponer una obra en acrílico titulada El trópico a cuestas”, contó.
La reconocida autora infantil Liz Marín, sonrió emocionada al expresar “vine para atestiguar este momento. Ahora hay un nuevo espacio para todos, para artistas, para pintores, para músicos, agrupaciones, para escritores y escritoras, qué atinada esta apertura”.
El mandatario estatal, caminó la vereda alumbrada por 28 lámparas esféricas y se detuvo en la sala de cine a saludar a niños, niñas, padres y maestras que acudieron de la región de la Chontalpa para ser testigos de este hecho histórico.
Posteriormente, arribó al auditorio, cuyas columnas eran las gigantescas ceibas y el techo, toda la cúpula celestial. Ahí, los instrumentos de la Orquesta Filarmónica de Tabasco y la voz de Ivón Acuña hicieron pausa, cuando el Gobernador Javier May puntualizó que a partir de hoy, el Centro Cultural Quinta Grijalva “es la casa de todas y de todos. ¡Háganla suya!”.
El cielo se vistió de fiesta y los ojos de los espectadores, miraron hacia arriba para presenciar el hermoso espectáculo de fuegos artificiales que reventaron en alegres colores en una noche donde las flores de galateas, peperonas y oralias lanzaron por primera vez sus perfumes, no a unos cuantos, sino a todos los que dieron vida al primer día del Centro Cultural Quinta Grijalva.